martes, 2 de agosto de 2016

¿SON GILIPOLLAS LOS QUE JUEGAN AL POKÉMON GO?



No voy a hacer que leáis todo mi post para saber que respondo a la pregunta del enunciado.

NO, no creo que alguien sea gilipollas por jugar a nada. Creo que se puede ser gilipollas de serie, eso sí.
Obviamente habrá muchos gilipollas que juegan a esto, pero no es porque el juego les haya vuelto así, ya lo llevaban dentro.

Muchos de los que insultan a los que juegan a este juego de realidad aumentada se creen superiores, y no lo son.
Son personas que ven Telecinco, que votan a partidos que les recortan en Sanidad y están enfermos, que no ceden su asiento en el bus a personas con movilidad reducida o que tienen en casa cuarenta gatos cuando no tienen para comer. Son actitudes que algunos podrían catalogar de gilipollas. Como hay muchos detractores hay muchos ámbitos que se abarcan y alguno desde fuera puede pensar que "habla de ser puta la Tacones".

Los juegos como tal no tienen ningún peligro. En la esencia del ser humano está el jugar, es lo que hacemos cuando somos niños y no tenemos responsabilidades. Otra cosa es que se tome con ansia y que pueda producir una ludopatía de manera paralela. Pero eso sucederá en una parte pequeña de los jugadores, porque como moda que es tendrá una duración limitada. Será sustituida por otra. Pero vamos, que las adicciones es algo inherente al ser humano y siempre habrá quien se obsesione.
Los juegos de realidad aumentada seguirán evolucionando, como evoluciona todo. Al igual que tendremos en nuestros salones impresoras de tres dimensiones, donde fabricaremos hasta comida o repuestos de lo que se nos estropee, también habrá juegos por hologramas e incluso se dejará a Internet como algo obsoleto y que estará tan lejano en el recuerdo como una consola de Atari.

Lo de los juegos adictivos siempre ha pasado. Pac-man, Arkanoid, Pang, Tetris, futbolines, billares, Trivial, mus, Tinder...etc.
A nadie se le ocurriría llamar gilipollas a un practicante de esos pasatiempos.
Pero ahora falta respeto. Las redes sociales han creado la falsa idea de que la verdad universal es la nuestra y que somos superiores a otros porque su manera de divertirse es errónea.
Puede darse el caso de que el jugador del Pokémon Go tenga un sueldo de 1500 euros al mes y que el critique esté en paro quitándose las pelotillas del ombligo.

Yo jugaba a un juego, el Football Manager, al que he dedicado horas y horas durante muchos años fichando a jugadores y luego me limitaba a ver hacer jugadas a puntitos con un nombre puesto. Se suponía que el de Messi era mejor que el de Manucho. Y así pasaron muchas horas...hasta que me di cuenta de que ese tiempo podía dedicarlo a escribir.
¿Era gilipollas?No. Mi tiempo de ocio lo dedicaba a una cosa que me relajaba y me gustaba sin hacer daño a nadie. Luego valoré el coste de oportunidad y preferí escribir libros cojonudos para el disfrute de la sociedad.

No hay nada malo en personas se reúnan para cazar Pokémons. Es como ir a tomar un café, es un acto social.
Es igual que lo de tener móvil en la mano en esa circunstancia, la del café. Qué queréis que os diga, ojalá en muchos de los cafés que me he tomado con petardos y petardas hubiera tenido móvil para poder haber estado viendo lo que se comenta en Facebook antes que haber soportado tanta estupidez y gente insulsa. Es de ser maleducado estar con un móvil en una cita, correcto, pero a veces es una buena forma de decir: "me aburro, eres un coñazo, no quiero verte más ni bajo los efectos de tres rones". Atentos a las señales.

Luego están los que pasan los límites de la inteligencia y de la prudencia invadiendo propiedades privadas o haciendo actos negligentes, como conducir, mientras cazan a Pikachu. Eso es ser gilipollas de antes, como decía, no tiene que ver con el juego. Es como el que hace un selfi en un acantilado y se cae por arriesgar demasiado. Lo suyo no necesita excusa, son temerarios e imbéciles incluso cuando duermen.

Lo mismo en este país sobren jueces, opinadores faltones de sillón y cerveza, y falten personas que aporten a los demás. Se da la circunstancia de que los que más critican todo de todos son los más ficus y los que tienen vidas menos ejemplarizantes o motivantes.

Respeto y vivir cada uno su vida; sería buena receta para ser feliz en la vida.


Pikachu está feliz porque ya no produce epilepsia y ahora la gente le quiere y le busca . Eso es amor.

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